Como todos sabemos, la menopausia conlleva el cese permanente de la menstruación, debido a la pérdida de actividad folicular del ovario.
El origen de la palabra se encuentra en el término griego mene que significa luna, y pausis, que quiere decir terminar.
De ahí su definición: terminación del ciclo lunar de 28 días o mes.
La menopausia se produce entre los 45 y los 55 años en el 65-70% de las mujeres.
Un 25% antes de los 45 años, y un 5-10% después de los 55, sobre todo en las sociedades más desarrolladas. Y solo un 1% de las féminas tiene la menopausia de forma espontánea antes de los 40 años,. Si se tiene en consideración que la expectativa de vida de la mujer en las sociedades desarrolladas se sitúa en los 85 años o más, el tiempo que le queda por vivir desde el cese de la menstruación corresponde a más de un tercio de su existencia.
Por tanto, la vivencia adecuada de esta etapa, tanto física como psíquicamente tiene extraordinaria importancia para su futuro.
El hecho de que en la perimenopausia se produzcan una serie de cambios bruscos, muchos de los cuales son el pórtico del envejecimiento, hace que el interés por retrasar esta situación se haya universalizado en las sociedades desarrolladas.
Y es que la deficiencia estrogénica provoca una serie de cambios en la piel que incluyen una disminución de su funcionalidad, produciendo menos grasa, menos transpiración, reduciendo parcialmente su temperatura y aumentando la permeabilidad y reactividad vascular, acortando el espesor de la dermis y epidermis, evidenciándose un descenso del colágeno cutáneo y un envejecimiento global de la piel.
Como consecuencia de estos cambios fisiológicos, la piel se vuelve más seca, escamosa y menos elástica, con el consiguiente aumento de las arrugas cutáneas.
Las mucosas pierden su grado de humedad.
Las uñas crecen más lentamente, se hacen más frágiles, y con facilidad aparecen estrías y surcos en su superficie. El vello, en general, disminuye, pudiendo llegar a menos de la mitad de la densidad previa.
El ciclo del cabello se reduce, resultando un pelo cada vez más fino y más corto, que da lugar a cierto grado de alopecia de forma similar a la que se presenta en el varón.
Por el contrario, en muchas mujeres aparece un aumento del pelo de la zona del mentón y el labio superior, que les da aspecto masculino.
Las mucosas se afectan de forma especialmente intensa durante la peri y post-menopausia.
El origen de la palabra se encuentra en el término griego mene que significa luna, y pausis, que quiere decir terminar.
De ahí su definición: terminación del ciclo lunar de 28 días o mes.
La menopausia se produce entre los 45 y los 55 años en el 65-70% de las mujeres.
Un 25% antes de los 45 años, y un 5-10% después de los 55, sobre todo en las sociedades más desarrolladas. Y solo un 1% de las féminas tiene la menopausia de forma espontánea antes de los 40 años,. Si se tiene en consideración que la expectativa de vida de la mujer en las sociedades desarrolladas se sitúa en los 85 años o más, el tiempo que le queda por vivir desde el cese de la menstruación corresponde a más de un tercio de su existencia.
Por tanto, la vivencia adecuada de esta etapa, tanto física como psíquicamente tiene extraordinaria importancia para su futuro.
El hecho de que en la perimenopausia se produzcan una serie de cambios bruscos, muchos de los cuales son el pórtico del envejecimiento, hace que el interés por retrasar esta situación se haya universalizado en las sociedades desarrolladas.
Y es que la deficiencia estrogénica provoca una serie de cambios en la piel que incluyen una disminución de su funcionalidad, produciendo menos grasa, menos transpiración, reduciendo parcialmente su temperatura y aumentando la permeabilidad y reactividad vascular, acortando el espesor de la dermis y epidermis, evidenciándose un descenso del colágeno cutáneo y un envejecimiento global de la piel.
Como consecuencia de estos cambios fisiológicos, la piel se vuelve más seca, escamosa y menos elástica, con el consiguiente aumento de las arrugas cutáneas.
Las mucosas pierden su grado de humedad.
Las uñas crecen más lentamente, se hacen más frágiles, y con facilidad aparecen estrías y surcos en su superficie. El vello, en general, disminuye, pudiendo llegar a menos de la mitad de la densidad previa.
El ciclo del cabello se reduce, resultando un pelo cada vez más fino y más corto, que da lugar a cierto grado de alopecia de forma similar a la que se presenta en el varón.
Por el contrario, en muchas mujeres aparece un aumento del pelo de la zona del mentón y el labio superior, que les da aspecto masculino.
Las mucosas se afectan de forma especialmente intensa durante la peri y post-menopausia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario