Los dientes simbolizan las decisiones, la puerta sólida de entrada que me permite morder con “todos mis dientes” en la vida!
Los dientes sirven para moler los alimentos, “trituran las ideas o las circunstancias que deben ser asimiladas posteriormente”. También sirven para morder, por tanto los problemas dentales pueden mostrar a una persona que han “castrado” simbólicamente.
El mensaje implícito en todo problema dental es principalmente que actuemos, que tratemos de realizar nuestros deseos.
En el mundo actual la educación social que recibimos nos exige obediencia y adaptación por lo que no nos queda más remedio que reprimir nuestra agresividad. Una mala dentadura es en algunas ocasiones señal de una agresividad contenida que no dejamos aflorar por miedo a las dificultades.
Realidad interior y exterior pasan por mis dientes que son uno de los medios para expresarme enteramente en este universo.
El diente es uno de los órganos anexos muy duros que representa la energía fundamental de mi ser.
La capacidad interior de acoger las nuevas ideas, el amor y el alimento interior se manifiesta por los dientes sanos y duros.
Los dientes son, en parte, el espejo del ser.
Cuando el alimento pasa a través de mi boca, ésta transmite también sentimientos que pueden afectar mis dientes a más o menos largo término.
Así, dientes alterados (por ejemplo: con carie) indican una débil afirmación de sí, una realidad inaceptable para mí y el miedo a coger mi lugar en el universo con las responsabilidades que esto implica.
Aunque tenga dificultad en tomar ciertas decisiones benéficas para mí, debo quedarme abierto a los medios disponibles que me permiten superar las situaciones más delicadas. Los dientes representan también mi voluntad de ir hacia delante, de hacer bien las cosas, mi capacidad en dar vida a mis pensamientos y a mis emociones.
Un conflicto profundo, culpabilidad conectada con una situación emocional transportada con las palabras, o cualquier desarreglo interior pueden manifestarse por una reacción en los dientes e incluso en las encías. Puedo pues “apretar los dientes” para defenderme de una agresión exterior en una situación que me hace fuertemente reaccionar. Cierro la puerta, resistiendo a lo que quiere entrar en mí o, al contrario, a lo que necesita salir de mí.
Los incisivos (los dientes de delante) se relacionan con el hecho de no hacer tal acción, etc.
Los caninos se vinculan más con el hecho de poder ejercer cierta autoridad sobre las decisiones que he de tomar. Pueden estar afectados cuando me siento “estirado” frente a una decisión que he de tomar. Las pre muelas me indican mi grado de acuerdo con mis decisiones.
En cuanto a las muelas, representan mi grado de felicidad frente a las decisiones que se tomaron o que debo aún tomar. El esmalte del diente estará afectado cuando tengo la sensación de que no tengo el derecho de “morder” en una situación y la dentina estará afectada cuando pienso no poder ser capaz de “morder” en una situación, dudando de mí - mismo, de mis capacidades.
Acepto quedar abierto al amor, sin tener miedo de perder la gratitud de los demás.
Me amo tal como soy, con todas mis cualidades. Debo cuidar de mis dientes, “visten” mi personalidad. Los dientes no tienen máscara! Me mantengo yo - mismo, sin juzgarme y quedando abierto a las críticas exteriores.
Transformo mis pensamientos en amor auténtico y mis dientes se mantienen en buena salud!
La prótesis dental me da la ilusión de una fuerte vitalidad.
En efecto, similar a los dientes verdaderos, da la sensación de ser verdadera, de ser sincera como dientes de verdad!
Es totalmente falso!
Ya que deseo una respuesta clara, voy al fondo de las cosas.
¿Soy yo capaz de vivir mis experiencias con valor y sinceridad, igual como con mis verdaderos dientes? ¿Estoy decidido a ser lo que soy realmente, a afirmarme, a “morder” en la vida?
Dejo de vivir en función de los demás. Acepto ser yo - mismo y, afirmándome, encuentro la satisfacción y la felicidad.
DOLOR DE DIENTES O MUELAS.
Se considera un problema dental al dolor ocasionado por una CARIES, la ROTURA DE UN DIENTE o la PÉRDIDA DE ESMALTE.
Sucede frecuentemente que las personas con dientes mal alineados dicen tener problemas, cuando en realidad esto es sólo una anormalidad de orden ESTÉTICO.
También se considera un problema el RECHINAR LOS DIENTES.
Los dientes del lado derecho nos muestran los problemas pendientes por resolver con nuestro padre y los del lado izquierdo quedan relacionados con la madre.
Michele Caffin, cirujana dentista realizó un estudio durante muchos años, llegando a las siguientes conclusiones:
-Los ocho dientes del lado superior derecho manifiestan lo que la persona quiere hacia fuera. Los problemas significan que no encontramos nuestro lugar en el mundo.
-Los ocho dientes del lado superior izquierdo manifiestan nuestros dones, lo que llevamos en nosotros mismos. Los problemas simbolizan que no nos dejan ser lo que somos.
-Los ocho dientes del lado inferior derecho manifiestan nuestra capacidad para concretar nuestra vida en aspectos como el trabajo…
-Los ocho dientes del lado inferior izquierdo manifiestan nuestra sensibilidad y los problemas informan sobre una falta de reconocimiento afectivo en el entorno familiar.
Las caries indican que algo externo nos impide mostrar nuestra agresividad y vitalidad. Nuestros deseos quedan bloqueados, no nos dejan crecer ni expandirnos. También las caries son una huella que ha dejado la falta de amor infantil que los adultos compensan con el exceso de golosinas dulces.
El rechinar de los dientes señala que durante el día estamos reprimiendo nuestra ira y aprovechamos la noche para liberar tensiones, pero el resultado es que quedan romos, inservibles incluso para alimentarnos, lo que prueba que la represión siempre va en perjuicio de la evolución del ser humano. Debemos sentirnos con permiso para defendernos.
Cuando el problema es de desgaste en los dientes y el esmalte está desapareciendo gradualmente, es muy posible que nos estemos dejando utilizar por quienes nos rodean.
En general, la persona que se deja manejar por los demás critica mucho internamente, pero no se afirma exteriormente. Quisiera que los demás cambiaran. Tu mejor protección para que no dejes que te utilicen es el amor verdadero hacia tus seres queridos.
El cuerpo, inteligentemente, utiliza con frecuencia la noche, los momentos de sueño, para ayudarnos a liberar las tensiones vividas durante la vigilia.
Sin embargo, esta liberación es temporal. Debes ocuparte de esta ira contenida antes de que te ocasione muchos más problemas que el tratado aquí.
Los problemas dentales están vinculados con las decisiones, especialmente cuando me duelen los dientes.
Aplazo la toma de decisiones, porque las consecuencias de estas elecciones me asustan, me hacen perder seguridad.
Se asocia a la responsabilidad personal, a mi capacidad de tomar decisiones, sin tener miedo de lo que sucederá después. Si tengo un dolor de muelas, puede ser que me sienta dolido porque me culpo de no conseguir comunicar lo que quiero.
Tengo el gusto de “enseñar los dientes” para coger mi sitio y mostrar que existo. Quiero que me escuchen, que me respeten. Tomo consciencia que comunicando mis necesidades y mis deseos, los dolores de muelas ya no tendrán razón de existir.
Cuando se trata de sarro en los dientes, es una forma de agresión interior, una reacción que no ha sido resuelta y vuelve a aflorar.
Esto me puede llevar a endurecerme en mis posiciones frente a las decisiones que he de tomar o que tomé.
Mis comportamientos pueden cambiar.
Sabiendo que no es benéfico para mí estar a disposición de mi imaginación, desarrollo más bien el lado creativo de las circunstancias.
Intento encontrar un medio de estructurar mejor mi pensamiento y mis ideas; así, me será más fácil tomar iniciativas juiciosas vinculadas a lo que vivo actualmente.
Acepto ser consciente de lo que sucede en mi vida, comprender la esencia de la determinación que rige mi universo.
Compruebo el lado afectado por los problemas dentales y aporto la solución que conviene.
Si está arriba, pienso en la intuición y en el instinto; y si está abajo, se trata de una decisión del campo racional y lógico, algo querido físicamente.
Las encías son la base de los dientes, su lecho. Las encías representan también la base de la vitalidad y agresividad, confianza y seguridad en sí mismo. La persona que carece de esta confianza y seguridad nunca conseguirá afrontar sus problemas de forma activa y vital. La confianza es lo que proporciona el necesario soporte a esta facultad, del mismo modo que la encía soporta los dientes. Pero las encías sensibles que sangran con facilidad no sirven para ello. La sangre es símbolo de vida, y la encía sangrante nos indica cómo, a la menor contrariedad, se le va la vida a la confianza y a la seguridad en sí mismo.
Dientes no alineados: los dientes también representan nuestros ancestros. Cuando se “pelean” por el espacio disponible de nuestra encía, indica que cargamos con los conflictos de territorio que hubo entre aquellos.
La «tercera dentadura», la prótesis, permite simular una vitalidad y una energía de las que el individuo carece. Es una mentira sagrada, un «mordiente» comprado. Colgamos el cartel “Cuidado con el perro”, cuando en realidad somos un cachorrito que no se defiende ni a él mismo.
Sanar creativa-mente la dentadura, desde la prevención, es aprender a expresar lo que sentimos, canalizar la agresividad y aprender a defendernos de manera eficaz. Desde la reparación de lo dañado, podemos ver nuestras piezas dentales como si fueran las ruinas de un poderoso fuerte de defensa.
Los dientes sirven para moler los alimentos, “trituran las ideas o las circunstancias que deben ser asimiladas posteriormente”. También sirven para morder, por tanto los problemas dentales pueden mostrar a una persona que han “castrado” simbólicamente.
El mensaje implícito en todo problema dental es principalmente que actuemos, que tratemos de realizar nuestros deseos.
En el mundo actual la educación social que recibimos nos exige obediencia y adaptación por lo que no nos queda más remedio que reprimir nuestra agresividad. Una mala dentadura es en algunas ocasiones señal de una agresividad contenida que no dejamos aflorar por miedo a las dificultades.
Realidad interior y exterior pasan por mis dientes que son uno de los medios para expresarme enteramente en este universo.
El diente es uno de los órganos anexos muy duros que representa la energía fundamental de mi ser.
La capacidad interior de acoger las nuevas ideas, el amor y el alimento interior se manifiesta por los dientes sanos y duros.
Los dientes son, en parte, el espejo del ser.
Cuando el alimento pasa a través de mi boca, ésta transmite también sentimientos que pueden afectar mis dientes a más o menos largo término.
Así, dientes alterados (por ejemplo: con carie) indican una débil afirmación de sí, una realidad inaceptable para mí y el miedo a coger mi lugar en el universo con las responsabilidades que esto implica.
Aunque tenga dificultad en tomar ciertas decisiones benéficas para mí, debo quedarme abierto a los medios disponibles que me permiten superar las situaciones más delicadas. Los dientes representan también mi voluntad de ir hacia delante, de hacer bien las cosas, mi capacidad en dar vida a mis pensamientos y a mis emociones.
Un conflicto profundo, culpabilidad conectada con una situación emocional transportada con las palabras, o cualquier desarreglo interior pueden manifestarse por una reacción en los dientes e incluso en las encías. Puedo pues “apretar los dientes” para defenderme de una agresión exterior en una situación que me hace fuertemente reaccionar. Cierro la puerta, resistiendo a lo que quiere entrar en mí o, al contrario, a lo que necesita salir de mí.
Los incisivos (los dientes de delante) se relacionan con el hecho de no hacer tal acción, etc.
Los caninos se vinculan más con el hecho de poder ejercer cierta autoridad sobre las decisiones que he de tomar. Pueden estar afectados cuando me siento “estirado” frente a una decisión que he de tomar. Las pre muelas me indican mi grado de acuerdo con mis decisiones.
En cuanto a las muelas, representan mi grado de felicidad frente a las decisiones que se tomaron o que debo aún tomar. El esmalte del diente estará afectado cuando tengo la sensación de que no tengo el derecho de “morder” en una situación y la dentina estará afectada cuando pienso no poder ser capaz de “morder” en una situación, dudando de mí - mismo, de mis capacidades.
Acepto quedar abierto al amor, sin tener miedo de perder la gratitud de los demás.
Me amo tal como soy, con todas mis cualidades. Debo cuidar de mis dientes, “visten” mi personalidad. Los dientes no tienen máscara! Me mantengo yo - mismo, sin juzgarme y quedando abierto a las críticas exteriores.
Transformo mis pensamientos en amor auténtico y mis dientes se mantienen en buena salud!
La prótesis dental me da la ilusión de una fuerte vitalidad.
En efecto, similar a los dientes verdaderos, da la sensación de ser verdadera, de ser sincera como dientes de verdad!
Es totalmente falso!
Ya que deseo una respuesta clara, voy al fondo de las cosas.
¿Soy yo capaz de vivir mis experiencias con valor y sinceridad, igual como con mis verdaderos dientes? ¿Estoy decidido a ser lo que soy realmente, a afirmarme, a “morder” en la vida?
Dejo de vivir en función de los demás. Acepto ser yo - mismo y, afirmándome, encuentro la satisfacción y la felicidad.
DOLOR DE DIENTES O MUELAS.
Se considera un problema dental al dolor ocasionado por una CARIES, la ROTURA DE UN DIENTE o la PÉRDIDA DE ESMALTE.
Sucede frecuentemente que las personas con dientes mal alineados dicen tener problemas, cuando en realidad esto es sólo una anormalidad de orden ESTÉTICO.
También se considera un problema el RECHINAR LOS DIENTES.
Los dientes del lado derecho nos muestran los problemas pendientes por resolver con nuestro padre y los del lado izquierdo quedan relacionados con la madre.
Michele Caffin, cirujana dentista realizó un estudio durante muchos años, llegando a las siguientes conclusiones:
-Los ocho dientes del lado superior derecho manifiestan lo que la persona quiere hacia fuera. Los problemas significan que no encontramos nuestro lugar en el mundo.
-Los ocho dientes del lado superior izquierdo manifiestan nuestros dones, lo que llevamos en nosotros mismos. Los problemas simbolizan que no nos dejan ser lo que somos.
-Los ocho dientes del lado inferior derecho manifiestan nuestra capacidad para concretar nuestra vida en aspectos como el trabajo…
-Los ocho dientes del lado inferior izquierdo manifiestan nuestra sensibilidad y los problemas informan sobre una falta de reconocimiento afectivo en el entorno familiar.
Las caries indican que algo externo nos impide mostrar nuestra agresividad y vitalidad. Nuestros deseos quedan bloqueados, no nos dejan crecer ni expandirnos. También las caries son una huella que ha dejado la falta de amor infantil que los adultos compensan con el exceso de golosinas dulces.
El rechinar de los dientes señala que durante el día estamos reprimiendo nuestra ira y aprovechamos la noche para liberar tensiones, pero el resultado es que quedan romos, inservibles incluso para alimentarnos, lo que prueba que la represión siempre va en perjuicio de la evolución del ser humano. Debemos sentirnos con permiso para defendernos.
Cuando el problema es de desgaste en los dientes y el esmalte está desapareciendo gradualmente, es muy posible que nos estemos dejando utilizar por quienes nos rodean.
En general, la persona que se deja manejar por los demás critica mucho internamente, pero no se afirma exteriormente. Quisiera que los demás cambiaran. Tu mejor protección para que no dejes que te utilicen es el amor verdadero hacia tus seres queridos.
El cuerpo, inteligentemente, utiliza con frecuencia la noche, los momentos de sueño, para ayudarnos a liberar las tensiones vividas durante la vigilia.
Sin embargo, esta liberación es temporal. Debes ocuparte de esta ira contenida antes de que te ocasione muchos más problemas que el tratado aquí.
Los problemas dentales están vinculados con las decisiones, especialmente cuando me duelen los dientes.
Aplazo la toma de decisiones, porque las consecuencias de estas elecciones me asustan, me hacen perder seguridad.
Se asocia a la responsabilidad personal, a mi capacidad de tomar decisiones, sin tener miedo de lo que sucederá después. Si tengo un dolor de muelas, puede ser que me sienta dolido porque me culpo de no conseguir comunicar lo que quiero.
Tengo el gusto de “enseñar los dientes” para coger mi sitio y mostrar que existo. Quiero que me escuchen, que me respeten. Tomo consciencia que comunicando mis necesidades y mis deseos, los dolores de muelas ya no tendrán razón de existir.
Cuando se trata de sarro en los dientes, es una forma de agresión interior, una reacción que no ha sido resuelta y vuelve a aflorar.
Esto me puede llevar a endurecerme en mis posiciones frente a las decisiones que he de tomar o que tomé.
Mis comportamientos pueden cambiar.
Sabiendo que no es benéfico para mí estar a disposición de mi imaginación, desarrollo más bien el lado creativo de las circunstancias.
Intento encontrar un medio de estructurar mejor mi pensamiento y mis ideas; así, me será más fácil tomar iniciativas juiciosas vinculadas a lo que vivo actualmente.
Acepto ser consciente de lo que sucede en mi vida, comprender la esencia de la determinación que rige mi universo.
Compruebo el lado afectado por los problemas dentales y aporto la solución que conviene.
Si está arriba, pienso en la intuición y en el instinto; y si está abajo, se trata de una decisión del campo racional y lógico, algo querido físicamente.
Las encías son la base de los dientes, su lecho. Las encías representan también la base de la vitalidad y agresividad, confianza y seguridad en sí mismo. La persona que carece de esta confianza y seguridad nunca conseguirá afrontar sus problemas de forma activa y vital. La confianza es lo que proporciona el necesario soporte a esta facultad, del mismo modo que la encía soporta los dientes. Pero las encías sensibles que sangran con facilidad no sirven para ello. La sangre es símbolo de vida, y la encía sangrante nos indica cómo, a la menor contrariedad, se le va la vida a la confianza y a la seguridad en sí mismo.
Dientes no alineados: los dientes también representan nuestros ancestros. Cuando se “pelean” por el espacio disponible de nuestra encía, indica que cargamos con los conflictos de territorio que hubo entre aquellos.
La «tercera dentadura», la prótesis, permite simular una vitalidad y una energía de las que el individuo carece. Es una mentira sagrada, un «mordiente» comprado. Colgamos el cartel “Cuidado con el perro”, cuando en realidad somos un cachorrito que no se defiende ni a él mismo.
Sanar creativa-mente la dentadura, desde la prevención, es aprender a expresar lo que sentimos, canalizar la agresividad y aprender a defendernos de manera eficaz. Desde la reparación de lo dañado, podemos ver nuestras piezas dentales como si fueran las ruinas de un poderoso fuerte de defensa.
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