Entre los múltiples beneficios brindados por distintas hierbas, también colaboran en la depuración o eliminación por parte del organismo de las sustancias tóxicas acumuladas por exceso de producción de las mismas, o por fallos en los mecanismos de eliminación.
En principio, la depuración puede realizarse desde el consumo diario de frutas y verduras, dietas desintoxicantes, los ayunos y el cambio de hábitos físicos y la fitoterapia. Es relevante que nuestro cuerpo se deshaga de las sustancias potencialmente tóxicas que va acumulando, y que producen alteración funcional de la piel, el sistema nervioso renal y el digestivo.
Las plantas que ejercen una acción depurativa a nivel digestivo pueden clasificarse de la siguiente manera:
Plantas estimulantes de las secreciones digestivas: son plantas que contienen principios amargos y/o aromáticos que estimulan las secreciones digestivas y favorecen de este modo el mecanismo de digestión y evitan la acumulación de toxinas, tales como Cocu, Lúpulo, Marrubio, Bardana, Cardo Santo, Condurango, Achicoria, Diente de León. Las ricas en esencia son: Ajedrea, Manzanilla, Orégano, Melisa, Menta, Cedrón, Romero.
Plantas con acción digestiva: favorecen la digestión porque contienen enzimas útiles en el proceso de descomposición de los alimentos y su posterior asimilación. Ellas son: Incayuyo, Paico, Té del Burro, Té Andino, Mirtilo, Cocu, Yerba Carnicera, Congorosa, Papaya.
Plantas carminativas o antiflatulentas: previenen la formación de gases y favorecen su eliminación. Disminuyen la retención de sustancias tóxicas: Anís Estrellado, Eneldo, Hinojo, Menta, Coriandro, Alcaravea, Melisa, Anís, Angélica.
Plantas protectoras de la mucosidad digestiva: las sustancias que poseen forman una película protectora en la pared digestiva, lo que neutraliza la absorción de toxinas e impiden su acción lesiva e irritante. Contienen mucílagos, que precisamente previenen dichos efectos: Llantén, Malvavisco, Milenrama, Caléndula, Marcela, Gordolobo.
Plantas estimulantes de la formación y secreción de la bilis: ambas funciones, denominadas colerética y colagoga, se producen por aumento de la síntesis de bilis por parte de las células hepáticas o por el vaciamiento de la vesícula biliar, órgano que almacena la bilis formada por el hígado.
En el momento de la digestión, la bilis produce una mayor descomposición de las sustancias tóxicas que contienen las grasas saturadas de origen animal. La bilis también se forma a partir del colesterol.
Así, cuando se produce un aumento de la liberación de la bilis, también se genera una eliminación orgánica del colesterol. Las plantas que nos ayudan en estas funciones son: Alcachofa, Diente de León, Boldo, Tomillo, Agrimonia, Cocu, Salvia, Celidonia, Palta, Fumaria.
Plantas hepato portectoras: el hígado produce el filtrado de sangre. Después de la asimilación digestiva, la sangre pasa al hígado, donde se produce un proceso de filtrado, depuración, selección y metabolización de sustancias orgánicas provenientes de la alimentación. Las plantas que protegen y ayudan al hígado son: Cardo Mariano, Celidonia, Carqueja, Limón, Bardana, Cepa Caballo, Espina Colorada, Verbena.
Plantas de acción antiséptica: forman una capa insoluble sobre las mucosas inflamadas y disminuyen su permeabilidad, lo que impide la absorción de toxinas bacterianas. Ellas son: Roble, Agrimonia, Anís, Ortiga Blanca, Arándano.
Plantas de acción laxante: poseen sustancias que, cuando entran en contacto con la flora intestinal, producen un aumento de la secreción de la mucosa y del movimiento intestinal. Ellas son: Cáscara Sagrada, Folículos, Frangula, Zaragatona, Lino, Salvado de Trigo y Avena.En principio, la depuración puede realizarse desde el consumo diario de frutas y verduras, dietas desintoxicantes, los ayunos y el cambio de hábitos físicos y la fitoterapia. Es relevante que nuestro cuerpo se deshaga de las sustancias potencialmente tóxicas que va acumulando, y que producen alteración funcional de la piel, el sistema nervioso renal y el digestivo.
Las plantas que ejercen una acción depurativa a nivel digestivo pueden clasificarse de la siguiente manera:
Plantas estimulantes de las secreciones digestivas: son plantas que contienen principios amargos y/o aromáticos que estimulan las secreciones digestivas y favorecen de este modo el mecanismo de digestión y evitan la acumulación de toxinas, tales como Cocu, Lúpulo, Marrubio, Bardana, Cardo Santo, Condurango, Achicoria, Diente de León. Las ricas en esencia son: Ajedrea, Manzanilla, Orégano, Melisa, Menta, Cedrón, Romero.
Plantas con acción digestiva: favorecen la digestión porque contienen enzimas útiles en el proceso de descomposición de los alimentos y su posterior asimilación. Ellas son: Incayuyo, Paico, Té del Burro, Té Andino, Mirtilo, Cocu, Yerba Carnicera, Congorosa, Papaya.
Plantas carminativas o antiflatulentas: previenen la formación de gases y favorecen su eliminación. Disminuyen la retención de sustancias tóxicas: Anís Estrellado, Eneldo, Hinojo, Menta, Coriandro, Alcaravea, Melisa, Anís, Angélica.
Plantas protectoras de la mucosidad digestiva: las sustancias que poseen forman una película protectora en la pared digestiva, lo que neutraliza la absorción de toxinas e impiden su acción lesiva e irritante. Contienen mucílagos, que precisamente previenen dichos efectos: Llantén, Malvavisco, Milenrama, Caléndula, Marcela, Gordolobo.
Plantas estimulantes de la formación y secreción de la bilis: ambas funciones, denominadas colerética y colagoga, se producen por aumento de la síntesis de bilis por parte de las células hepáticas o por el vaciamiento de la vesícula biliar, órgano que almacena la bilis formada por el hígado.
En el momento de la digestión, la bilis produce una mayor descomposición de las sustancias tóxicas que contienen las grasas saturadas de origen animal. La bilis también se forma a partir del colesterol.
Así, cuando se produce un aumento de la liberación de la bilis, también se genera una eliminación orgánica del colesterol. Las plantas que nos ayudan en estas funciones son: Alcachofa, Diente de León, Boldo, Tomillo, Agrimonia, Cocu, Salvia, Celidonia, Palta, Fumaria.
Plantas hepato portectoras: el hígado produce el filtrado de sangre. Después de la asimilación digestiva, la sangre pasa al hígado, donde se produce un proceso de filtrado, depuración, selección y metabolización de sustancias orgánicas provenientes de la alimentación. Las plantas que protegen y ayudan al hígado son: Cardo Mariano, Celidonia, Carqueja, Limón, Bardana, Cepa Caballo, Espina Colorada, Verbena.
Plantas de acción antiséptica: forman una capa insoluble sobre las mucosas inflamadas y disminuyen su permeabilidad, lo que impide la absorción de toxinas bacterianas. Ellas son: Roble, Agrimonia, Anís, Ortiga Blanca, Arándano.
Las hierbas pueden tomarse solas o combinadas, en infusiones, extractos, tintura madre o comprimidos. Es importante recordar que la indicación del médico de cabecera es primordial a la hora de asesorarse según las necesidades personales.
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