Es importante decir estas palabras en alto para oírlas y así creérnoslas y tomar más conciencia de ellas
Suele decirse que el poder de las palabras reside en un 50% en quien las pronuncia y la otra mitad en quien las escucha. Sin embargo, en este artículo no queremos hablarte de la comunicación que establecemos con otras personas. En absoluto.
Hoy en nuestro espacio queremos mostrarte 5 palabras que curan, cinco términos que debes decirte a ti misma para encontrar fuerza en el día a día, para motivarte y hacer frente a esos problemas que, muchas veces, nos quitan la alegría e incluso la salud.
¿Qué tal si las ponemos en práctica? ¡Son muy fáciles de recordar!
1. Estoy bienSuele decirse que el poder de las palabras reside en un 50% en quien las pronuncia y la otra mitad en quien las escucha. Sin embargo, en este artículo no queremos hablarte de la comunicación que establecemos con otras personas. En absoluto.
Hoy en nuestro espacio queremos mostrarte 5 palabras que curan, cinco términos que debes decirte a ti misma para encontrar fuerza en el día a día, para motivarte y hacer frente a esos problemas que, muchas veces, nos quitan la alegría e incluso la salud.
¿Qué tal si las ponemos en práctica? ¡Son muy fáciles de recordar!
Es posible que te parezca contradictorio.
¿Cómo voy a decirme que “estoy bien” si no es verdad? ¿Cómo expresar algo positivo cuando, en realidad, me siento frustrada, estresada o dolida? Bien, es necesario que a ese “estoy bien” le añadamos un “y voy a afrontarlo”.
Los pensamientos positivos son básicos y necesarios en nuestro día a día. Pensar en positivo no es negar nuestros problemas o pasar por alto nuestras dificultades. Se trata simplemente de enfocar la realidad con motivación y energía.
Si yo veo las cosas de modo negativo y me reafirmo con frases como “qué mal estoy”, “me están haciendo la vida imposible” o similares, lo único que consigo es encerrarme aún más en la angustia de estos problemas. Así que siempre será mejor coger aire y decirnos aquello de “estoy bien, y voy a afrontarlo”.
Haz la prueba. Di en voz alta un firme “estoy bien”. Hazlo con convicción y energía. Al instante, notarás una fuerza interior que te va a aportar el empuje necesario para resolver esos problemas. Puede que lo que te rodee no esté bien, pero tú ya estás preparada para hacer frente a esas cosas. ¿Lo intentamos?
Nunca te olvides de poner el pronombre “yo” delante. Tú eres la protagonista de tu vida y tú quien debes coger las riendas de tus problemas para enfrentarte al mundo. Si no encuentras la motivación en tu propio interior, nadie va a poder hacerlo por ti, nadie va a ayudarte mejor que tú misma.
No te centres en tus limitaciones ni busques excusas: “Yo no voy a poder hacer esto porque ya es muy tarde para cambiar las cosas”, “hay personas más capacitadas que yo, ¿por qué arriesgarme?”….
Nunca caigas en estos pensamientos derrotistas. Mírate al espejo y convéncete de que tú vas a poder con esto y con todo. El “yo puedo” es una de esas frases que curan y que todos deberíamos poner en práctica cada día.
¿Por qué no? ¿Por qué no te mereces unas horas al día para ti misma, para disfrutar de tus cosas, de tus aficiones e intimidad? Seguro que eres una de esas personas que lo hace todo por los demás, que prioriza las necesidades de los otros a las suyas propias. Ten cuidado, al final puedes llegar al límite de tus fuerzas y descubrir, de pronto, que los demás no reconocen cada una de las cosas que haces.
Mantén el equilibrio en tu vida. Atiende a los demás, cuídalos, pero deja también que te cuiden, que te reconozcan, y que te prioricen de vez en cuando. ¿Por qué no? ¡Lo mereces!
Puede que ahora mismo tengas un problema que no te deja vivir, que te obsesiona, que te estresa y que ha empezado a enfermarte. Te notas más cansada y esos pensamientos negativos no se van un momento de tu cabeza… ¡Has empezado incluso a tener migrañas de nuevo!
Párate un momento a pensar, respira, siéntate. Es importante que pienses que todo pasa, que la vida fluye y que nada permanece para siempre. Cuanto más te apegues a las cosas, más sufres. Si te preocupa algo de la relación con tu pareja, háblalo. Si hay algo que no va bien en el trabajo, intenta resolverlo, pero no “lo almacenes”. No guardes las cosas eternamente en tu interior.
La vida corre muy deprisa y lo más importante es tomar conciencia del aquí y ahora, entendiendo que nada es permanente. Así que, relativiza las cosas, relájate un poco más y repite para ti misma estas sencillas palabras que curan: “Todo pasa, todo pasa”.
5. ¡Ama!
Estamos hablando también del amor a ti misma, ese que fortalece tu autoestima, que te empuja día a día a encontrar una felicidad cotidiana con la que encontrarte bien y que, sin duda, mereces. Ama tu cuerpo, ama tu forma de ser, tu carácter, tu personalidad. Cuando tengas un problema, toma conciencia de que eres una persona capaz y válida para encontrar soluciones. Confías en ti misma porque te quieres, porque te conoces y sabes que tienes buenas virtudes.
Si uno no se quiere a si mismo, difícilmente podrá ofrecer amor a los demás. Así que nunca olvides esta importante palabra.
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