26 enero 2015

La mejor postura para meditar

Meditar es una práctica benéfica para el cuerpo y la concentración, y si la realizas con una postura correcta, lograrás un cambio eficaz en tu vida. 
 ¿Alguna vez te habías planteado si la postura que realizas influye en los beneficios que la práctica de la meditación puede traerte?
Los especialistas dicen que sí. Si se contempla que la meditación es una práctica para lograr un estado de conciencia concentrado sobre el momento presente para lograr mantener la salud física o mental, pareciera lógico que sea con un gesto (posición) concreto del cuerpo.
 La postura adecuada y bien hecha, puede atraer todos los beneficios que se asocian a la meditación. De esta forma, podemos entender a la postura, como la manera en que se relacionan las distintas partes del cuerpo entre sí y en relación con el espacio.
Que define una actitud personal correspondiente a una imagen determinada de uno mismo y la cual se proyecta hacia los demás consciente o inconscientemente.
Comodidad ante todo 
Debe entenderse por postura adecuada, aquella que sea placentera y cómoda físicamente. Es decir, que el cuerpo debe estar sujeto a la menor tensión muscular posible y que la postura promueva un estado mental alerta pero relajado. Pues el cuerpo adopta una estructura ‘piramidal’ que ayuda a equilibrar e incrementar la energía, lo que permite la interiorización y la profundización de la respiración.
 Ello hace que la energía no se disipe y fluya por dentro del circuito del cuerpo, cargándolo e induciéndolo un nivel de conciencia profundo.
Para logarlo, algunas personas se recostarán en el suelo, otros se sentarán en una silla y algunos más se encontrarán más cómodos en una posición parecida de ‘sentados’ sobre los talones en el piso, entre otras.
No obstante, cualquiera que sea la elección, debe considerarse que el cuerpo debe estar suelto y cómodo, y que la postura debe permitir estar alerta y atento. Además, debe propiciar una completa relajación durante largos periodos de tiempo y siempre mantener la espalda recta.
En ocasiones puede ser necesario alterar la postura durante una sesión, especialmente si hay una condición en la que se requiera moverse constantemente, pues el movimiento debe incluirse en dicho proceso, pero lo más suave y atentos posible.

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